A la hora de vestir una habitación, hay una pregunta a la que tenemos que responder de forma obligada, elegir entre un estor o una cortina. Para dicha pregunta, no existe una respuesta absoluta y es por esto que muchas veces la elección va condicionada por el propio gusto o también por las propiedades de la estancia en concreto. En este caso, vamos a ver los pros y las contras que podemos tener tanto si elegimos un estor, como una cortina para nuestro cuarto y a partir de ahí, sacar nuestras propias conclusiones.

Ventajas e inconvenientes de los estores

Los estores son muy recomendados para aquellas estancias pequeñas. Esto es debido a que se encuentran de forma natural muy pegados a la pared, por lo que la habitación parecerá mucho más grande. Además de esto, los estores son mejores reguladores de luz que las cortinas, un aspecto muy a tener en cuenta si nos encontramos en una estancia muy luminosa. Por último, generalmente, son más baratos que las cortinas.

Por el contrario, los estores tienen como inconveniente que no son compatibles con todas las telas, por lo que si te gusta una tela en específico, es posible que no haya opción de incorporarla al estor. Además de esto, dependiendo de la forma de abrir de la ventana, pueden resultar incómodos.

Ventajas e inconvenientes de las cortinas

A diferencia de los estores, las cortinas se adaptan a todo tipo de ventanas, por lo que no vas a encontrar ninguna estancia de la casa en donde no puedas colocar cortinas. Además de esto, se pueden cambiar con facilidad, lo cual nos permite cambiar la decoración de nuestra habitación cada cierto tiempo.

En cuanto a sus inconvenientes, las cortinas a diferencia de los estores, restan centímetros de la habitación, haciendo que esta parezca un poco más pequeña. Por lo demás, cuando las cortinas son muy grandes, lavarlas es un auténtico problema y muchas veces hace falta recurrir a la tintorería puesto que no existe otra forma de mantenerlas limpias. Además de esto, al necesitar bastante más tela en su fabricación, hacen que sean bastante más caras que los estores, por lo que terminan por resultar una alternativa menos económica.

En definitiva, la elección entre la cortina y el estor es bastante complicada y atiende a un montón de factores diferentes en donde las propiedades de la ventana y los gustos del usuario, juegan un factor decisivo a la hora de elegir.