Aprovechar o no un espacio exterior dependerá de si se sabe aclimatar la zona para poder utilizarla siempre que queramos. Una genial opción para conseguirlo es utilizar pérgolas, ganarás espacio habitable y crearás un espacio siempre confortable.

Una pérgola no es más que un elemento arquitectónico para liberar del sol bajo ella. Necesita de unas columnas o apoyos sobre la pared para poder extenderse transversalmente y cubrir del sol a quienes estén bajo ella.

Con una pérgola solo se cubre la parte superior para crear un espacio de sombra y libre de sol, si lo que buscas es aislar en todas las dimensiones, tendrás que optar entonces por un cerramiento.

Cómo escoger una pérgola

Existen pérgolas que al instalarse quedan fijas, otras que deben colocarse cada vez que se requiera y, por último, pérgolas que una vez instaladas pueden abrirse y cerrarse sin ser recogidas. La tecnología ha llegado para quedarse en las pérgolas, ahora se pueden controlar a través de un mando a distancia o botón para activar su apertura o cierre.

En metalkilama existe una gama extensa de pérgolas de diseño italiano, puedes descargar su catálogo completo y comparar los distintos modelos.

Un problema en las pérgolas aparece con la lluvia y su acumulo sobre la superficie. Para evitarlo, se incorporan descargas para esta finalidad, ya sea sobre la pérgola o dándole cierta inclinación a la misma.

Debe estudiarse su posición para la lluvia pero también con respecto a la posición del sol. Al establecer su movimiento durante el día y cómo varía a lo largo del año, se podrá colocar la pérgola en la mejor ubicación posible. De nada servirá su colocación si no evita la radiación solar bajo ella, no será más que un elemento decorativo.